1 sept 2014

Simulación de amerizaje en paramotor.

www.vimeo.com/104712082

Os presentamos el vídeo del ejercicio de simulación de amerizaje en paramotor con el equipo completo, motor y parapente, realizado por socios del Club Paramotor Barcelona en Junio de 2014.

Como complemento al vídeo es imprescindible leer las siguientes conclusiones escritas, y muy especialmente el último punto: *Nota importante sobre el chaleco y su mantenimiento para el uso en paramotor".
Queremos dejar constancia de que este ejercicio que hoy presentamos es un eslabón más de una cadena de aportaciones que otros han hecho antes que nosotros y que son los que nos han inspirado. Por eso queremos reconocer las experiencias de todos aquellos que se han preocupado por la seguridad y que lo han hecho de una forma seria, elaborando sus conclusiones en un trabajo riguroso. Trabajo y rigor, estas son las claves que creemos imprescindibles para buscar la eficacia en las conclusiones. 
También queremos significar que queda mucho por hacer en la simulación del amerizaje en paramotor y que nuestra mayor satisfacción reside en que este trabajo inspire nuevas prácticas más sofisticadas, que aporten así mejoras en el procedimiento a seguir por el piloto amerizado y que todo esto se traduzca en una mejora en la seguridad para todos.

INTENCIONES Y PRECEDENTES
Nuestra intención con esta nueva práctica es doble. En primer lugar aportar el mayor número de mejoras posible en el procedimiento a seguir por un piloto de paramotor en caso de amerizaje. En segundo lugar evidenciar la necesidad de utilizar el chaleco salvavidas* como elemento de protección individual en el vuelo sobre el medio acuático (mar, lagos, ríos, etc).
Este ejercicio tiene la novedad de realizarse con el equipo completo, es decir, paramotor y parapente. Experiencias anteriores se habían hecho con un piloto lanzándose al agua con el paramotor, sin parapente. Por eso sólo concluían la importancia de sacarse el paramotor de la espalda, descubrían los impedimentos que el propio motor genera por el hecho de tener su depósito lleno o vacío de combustible, pero sin tener en cuenta en ningún caso lo que supone para el piloto ejecutar la liberación de su paramotor con los suspentes y la superficie alar del parapente rodeando el cuerpo del piloto.
Nuestra aportación es: qué hacer si el parapente cae encima del piloto que ameriza y éste se encuentra entre una maraña de cordinos que le rodean. Nos basamos en la repetición del ejercicio, en la filmación de superficie y en las imágenes subacuáticas que nos ayudarán a entender lo que ocurre bajo el agua, disminuyendo así los riesgos de quedarse atrapado por cientos de metros de cordinos.
Estamos seguros de que estas imágenes revelarán puntos de vista insospechados para muchos pilotos que flirtean con el medio acuático pensando que en caso de amerizaje no debería haber mucha complicación para liberarse del equipo de vuelo. 

PROTOCOLOS PARA LA PRÁCTICA: 
  1. Dos submarinistas en el agua. Uno que prioriza el salvamento y otro que prioriza la filmación de lo que ocurre bajo la superficie. Ambos tendrán sus reguladores auxiliares en la mano, prestos a acercar aire al piloto amerizado.
  2. Un director de superficie que ordena el lanzamiento del parapente sobre el piloto amerizado. En las primeras prácticas, sólo se ordena el lanzamiento de la vela tras comprobar el hinchado del chaleco salvavidas*.
  3. Dos personas que se encargan, una en cada lado, de que los suspentes no entorpezcan el salto al agua del piloto. Uno de ellos se encarga de asegurar el taburete desde el que el piloto salta a la piscina. Creímos importante primar la altura desde la que se salta para llegar al agua con una cierta velocidad vertical aunque la velocidad horizontal fuera menor. Por eso escogimos entrar al agua desde una plataforma elevada para provocar un hundimiento mayor en el conjunto piloto-paramotor. Creemos que experimentar el amerizaje entrando al agua con una alta velocidad horizontal sería un paso adelante en la evolución de esta práctica, aunque la dificultad del lanzamiento es mucho mayor sin duda, tanto por la carrera del piloto como la de los asistentes y también debido al espacio que se requiere alrededor de la piscina.
  4. Es absurdo realizar la práctica una sola vez. Lo idóneo es repetirla cuantas más veces mejor, ya que cada vez que el parapente se lanza al agua, el número de suspentes que se enredan sobre el piloto puede variar mucho. La dificultad del piloto para liberarse de su equipo varía tremendamente si es un único cordino el que se le engancha en algún sitio, o si son dos, tres, cinco, diez o más. Si no se enreda nada la liberación puede hacerse en segundos, pero si se enreda un grupo de cordinos, la liberación pasa a ser de minutos.

CONCLUSIONES DEL EJERCICIO:
  1. La dificultad que supone liberarse del equipo para un piloto amerizado, sobre el cual ha caído su vela, depende de los siguientes factores por orden de importancia:
  2. Tener garantizada la flotabilidad y la estabilidad. La flotabilidad la conseguimos con un chaleco salvavidas* homologado de 150 kn con un sistema automático de hinchado y con la comprobación de que el sistema está bien desplegado (velcros abiertos y presión de aire adecuada). En cuanto a la estabilidad postural, un depósito con poca gasolina hace que el piloto flote de forma más inestable, lo que va a hacer bracear y patalear al piloto amerizado con el consiguiente aumento de la probabilidad de enredarse con los suspentes. Verificar la flotabilidad es fácil de olvidar, pero no hacerla puede significar un esfuerzo mucho mayor para ejecutar la liberación del equipo. En caso de oleaje, intentar la liberación sin verificar la máxima flotabilidad del chaleco salvavidas* puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso de la maniobra. 
  3. Ejecutar los movimientos de liberación con la mayor lentitud y eficacia posible, ya que un movimiento hecho con brusquedad hace que un suspente cercano se enrede con más rapidez. La lentitud de movimientos tiene dos razones vitales:
    1. - Con un movimiento lento de la mano, el piloto se da cuenta fácilmente de que ha tocado los suspentes y reconoce si son pocos o muchos. Eso le permite reaccionar deteniendo el movimiento de la mano antes de provocar un enredo mayor con los suspentes. Un movimiento rápido se lleva por delante todos los suspentes que estén al alcance, y no solamente los hace propensos al enredo sino que lo más probable es que ese enredo se consume rápidamente. 

      - Una mano enredada en suspentes de forma severa puede llegar a impedir incluso la búsqueda de la herramienta de corte situada en la posición más ventajosa.

  4. La herramienta de corte puede ser vital especialmente en los casos, muy habituales, de llevar instrumentos sujetos con velcro a las piernas y asegurados con un cordino en algún lugar del paramotor (cintas de pierna o ventral). Un instrumento sujeto al cuerpo del piloto, debería estar asegurado al cuerpo del piloto antes que al paramotor ya que eso crea una atadura fatal en caso de necesitar una liberación rápida de la silla del paramotor.

PROCEDIMIENTOS ANTE UN POSIBLE AMERIZAJE:
Antes de despegar siempre se debería chequear la rosca de la botella de co2 y los velcros del chaleco salvavidas*, así como verificar la posición de la herramienta de corte. 

Antes del amerizaje:  
           - Evitar el vuelo sobre el agua con cockpit o soltar uno de los dos anclajes del mismo en cuanto nos demos cuenta de la posibilidad de amarar.

           - Tener clara la forma de aproximarnos al agua. Con poco viento entrar de cola sin frenar para que el parapente caiga por delante. Con mucho viento entrar de cara y frenar al máximo para que la vela se quede atrás.

           - Liberarnos del anclaje de pecho y de la sujeción del casco.

          - Aflojar anclajes de piernas.

Amerizamos: con oleaje la rapidez en la maniobra cobra importancia y por lo tanto el entreno previo de la situación es más que aconsejable. Sin oleaje, todo va a depender de la calma que tenga el piloto.
    1. Comprobar la flotabilidad del chaleco salvavidas*. Para verificar el correcto hinchado, hay que comprobar que el volumen del chaleco es el mismo en cada lado de nuestro cuello. En caso de que algún velcro no se haya abierto debido a un mal mantenimiento, podemos intentar abrirlos  con las manos o nos podemos plantear acabar de hincharlo manualmente. Hemos comprobado que el chaleco, incluso estando mal hinchado, nos permite mantenernos fuera del agua con una eficacia notable en aguas tranquilas. Pero en caso de oleaje, verificar o no verificar la máxima flotabilidad del chaleco puede resultar decisivo.
    2. En caso de falta de estabilidad en la posición debido al empuje del depósito de gasolina, intentaremos buscar el gesto de menor amplitud posible con una mano, para que la otra esté libre para ocuparse de la liberación.
    3. Nos liberamos del casco si nos molesta, luego las cintas de pecho y cintura para acabar con las piernas.
    4. Alejarnos del equipo. Los suspentes sumergidos son tentáculos con capacidad de atrapar a alguien a varios metros del propio paramotor.
Post amerizaje: 
Intentar rescatar el equipo es una decisión que tomará cada cual y dependerá del estrés y del trabajo que le haya llevado al piloto liberarse. Si el piloto se ha liberado fácilmente, si no ha sufrido estrés, más probable será que pretenda recuperar el equipo de vuelo. Asumirá entonces un nuevo riesgo, ya que aumenta la probabilidad de despreocupación al acercarse a rescatar el paramotor, y no debemos olvidar que el riesgo de enredarse con algún suspente sumergido siempre existe. No podemos matizar si se trata de un riesgo poco o muy probable… pero está ahí, que nadie deje de considerarlo.
Ayudar a un amerizado: 
Dado que no es habitual el vuelo en solitario y que mayoritariamente se vuela en compañía de otros pilotos, el uso del chaleco salvavidas* y de la herramienta de corte no sólo la consideramos necesaria para el amerizaje propio, sino que constituye el equipamiento mínimo e indispensable para prestar ayuda a un compañero amerizado. 
Intentar ayudar a un piloto amerizado en aguas profundas (donde no tocamos de pie en el fondo), sin chaleco y sin una herramienta de corte, comporta un doble problema: 
- En primer lugar, no podremos prestar una ayuda eficaz si, como es lo más probable, debemos pasar por una maraña de cordinos para acercarnos al piloto. 
- En segundo lugar, queda comprometida la seguridad del que presta ayuda y con ello empeora gravemente la situación, pudiendo provocar un riesgo peor al inicial, donde el piloto amerizado no podrá recibir la ayuda que espera y la persona que intenta ayudarle pondrá en riesgo su propia seguridad.

SENSACIONES QUE NO OLVIDAREMOS:
  • La de moverse con lentitud y notar cómo cada segundo tienes más suspentes que te atrapan, desde más sitios y con más fuerza.
  • Ver cómo un chaleco salvavidas* mal hinchado debido a un velcro mal revisado, sigue manteniéndonos a flote -aunque con menor eficacia- en aguas en calma. De inmediato eso nos hace pensar en qué puede ocurrir si estamos en el mar y con un cierto oleaje.
  • Ver que intentar acercarnos al piloto enredado es altamente peligroso y prácticamente imposible por pocos que sean los suspentes que rodean al piloto. La única forma de garantizar la ayuda al amerizado es acercándonos a él con nuestro propio chaleco puesto. Hablamos siempre del caso en que no se haga pie en el fondo, pero por experiencias anteriores sabemos que acercarse a alguien amerizado, aún y tocando de pie en el fondo, puede ser muy complicado en caso de que haya un pequeño oleaje.
  • Todo se enreda, el casco, las hebillas de gancho de los zapatos, las cámaras, el cockpit, todo…
  • La dificultad de mover el parapente a medida que se va llenando de agua.
  • El anclaje más difícil de soltar es el de pecho, que siempre nos queda debajo del chaleco.

* NOTA IMPORTANTE SOBRE EL CHALECO SALVAVIDAS Y SU MANTENIMIENTO PARA EL USO EN PARAMOTOR:
El chaleco salvavidas es un Equipo de Protección Individual (EPI) diseñado para el uso náutico, no para el uso en paramotor.
Los chalecos salvavidas acostumbran a estar guardados en un lugar adecuado en cada embarcación, no están sometidos a la vibración del paramotor y no están pensados para estar sometidos a la agresión del polvo o a la suciedad diversa que reciben cuando dejamos nuestros chalecos en el suelo del campo de despegue, en el coche, apoyado en superficies de hierba, arena de la playa o tierra. 
Revisión de los velcros: la suciedad se introduce fácilmente en los velcros que sujetan el flotador hinchable y si los velcros están sucios es fácil que no se abran correctamente, siendo posible que al accionar la apertura automática del chaleco, la presión del botellín de aire comprimido no tenga suficiente fuerza para hacer separar los velcros que liberan el flotador hinchable. Para que esto no suceda aconsejamos abrir y cerrar los velcros del chaleco salvavidas, en toda su longitud, antes de cada utilización. 

Revisión del botellín: el chaleco salvavidas no está diseñado para recibir la vibración de nuestro paramotor, para evitar que dicha vibración pueda desenroscar el botellín de aire comprimido, antes de ponernos el chaleco debemos verificar que el botellín no se haya aflojado y que esté correctamente enroscado en su lugar.

Ver vídeo!

1 comentario:

Rufinito dijo...

Buenas tardes, me llamo Rufino, soy el presidente del club paramotor plus ultra Murcia, he visto el video sobre el uso de chaleco salvavidas en paramotor, quería comentaros que he visto algunos pilotos que usan chaleco, pero que el mismo lo tienen acoplado al chasis del motor, a la silla, quería saber si habíais echo pruebas en este sentido y cual es la opción mas conveniente,salvavidas acoplado a piloto o salvavidas acoplado a chasis paramotor, muchas gracias y buenos vuelos.